Dibujar es crear imágenes mediante una adecuada representación gráfica. Los primeros dibujos conocidos datan el arte rupestre. Desde entonces, los artistas han utilizado, para dibujar, todo tipo de procedimientos, algunos de los cuales han llegado sin variaciones hasta el arte contemporáneo.
El dibujo es la base fundamental de la pintura, de la escultura, de la arquitectura y, en general, todas las artes plásticas. El dibujo es una obra artística cuando está hecho con perfecto dominio de sus posibilidades expresivas. El aprendizaje es lento, pero fácil. Para seguir el método que se expone a continuación, solamente se requiere tiempo y mucho interés, porque es imprescindible la realización de numerosos ejercicios.

La mancha.

La mancha se percibe como la alternancia de claridad y oscuridad, y la variación de color del mundo que nos rodea. Vivimos en un mundo dimensional y las variaciones de luz constituyen el medio con el que ópticamente se percibe la complicada información visual del entorno. Es uno de los mejores instrumentos de los que dispone la visión para expresarse. Gracias a ella se distinguen en el espacio el movimiento súbito, la profundidad, la distancia y otras referencias ambientales.
El ser humano puede captar varias variaciones de gris, considerando el blanco y el negro como los extremos de esta gradación, y esta particularidad perceptiva de valores se denomina claroscuro. A nivel práctico, la escala de grises más empleada no suele tener más de trece valores, incluyendo entre ellos el blanco y el negro.
La fotografía y el cine en blanco y negro, el dibujo, el grabado, todas las técnicas que sólo emplean el claroscuro representan un mundo que no existe, un mundo visual que aceptamos sólo por el predominio perceptivo que tenemos de la escala monocromática de valores.