Dibujar es crear imágenes mediante una adecuada representación gráfica. Los primeros dibujos conocidos datan el arte rupestre. Desde entonces, los artistas han utilizado, para dibujar, todo tipo de procedimientos, algunos de los cuales han llegado sin variaciones hasta el arte contemporáneo.
El dibujo es la base fundamental de la pintura, de la escultura, de la arquitectura y, en general, todas las artes plásticas. El dibujo es una obra artística cuando está hecho con perfecto dominio de sus posibilidades expresivas. El aprendizaje es lento, pero fácil. Para seguir el método que se expone a continuación, solamente se requiere tiempo y mucho interés, porque es imprescindible la realización de numerosos ejercicios.

La mancha.

La mancha se percibe como la alternancia de claridad y oscuridad, y la variación de color del mundo que nos rodea. Vivimos en un mundo dimensional y las variaciones de luz constituyen el medio con el que ópticamente se percibe la complicada información visual del entorno. Es uno de los mejores instrumentos de los que dispone la visión para expresarse. Gracias a ella se distinguen en el espacio el movimiento súbito, la profundidad, la distancia y otras referencias ambientales.
El ser humano puede captar varias variaciones de gris, considerando el blanco y el negro como los extremos de esta gradación, y esta particularidad perceptiva de valores se denomina claroscuro. A nivel práctico, la escala de grises más empleada no suele tener más de trece valores, incluyendo entre ellos el blanco y el negro.
La fotografía y el cine en blanco y negro, el dibujo, el grabado, todas las técnicas que sólo emplean el claroscuro representan un mundo que no existe, un mundo visual que aceptamos sólo por el predominio perceptivo que tenemos de la escala monocromática de valores.

Elementos formales de la composición plástica.

La composición
Componer es organizar formas, colores y espacios, según una idea pensada a priori, para conseguir un conjunto expresivo y equilibrado. Esta organización nos ayudará a conseguir el efecto deseado, ya que creará un interés visual al ser estéticamente agradable y fácilmente legible. Así, puede afirmarse que la composición es el esqueleto de toda expresión plástica. De ella depende que se consiga comunicar con todo el énfasis aquellas cosas que sólo pueden decirse en el mundo de las imágenes.
Los aspectos que intervienen en la composición son: la unidad, la variedad, el equilibrio, la simetría y el ritmo.
En la composición, los elementos se relacionan según diversos sistemas de organización, lo que proporciona distintas clases de composición, siendo las principales la estática y la dinámica.
La composición estática, también denominada clásica porque es la que se ha utilizado a través de los siglos en todas las expresiones artísticas, emplea la unidad, el equilibrio, el ritmo y la simetría para conseguir una armonía de conjunto. Obtiene la riqueza expresiva mediante tensiones muy equilibradas y transiciones suaves que producen tranquilidad de visión.
La composición libre o dinámica es la que está dominada por el contraste de los elementos, mezclando aspectos muy fuertes con otros apenas sugeridos. Este tipo de composición no está inspirado en reglas constantes.
Las leyes fundamentales de toda composición son la unidad, la variedad y el ritmo.

  • Unidad. Debe haber una armonía entre lo que quiere expresarse y la manera personal de hacerlo. Hay que evitar la distribución casual de los elementos, la confusión, y debe buscarse la claridad, ya que se puede trabajar con diversas cosas, pero ordenadas según una idea. En una obra de arte todos los elementos están relacionados de tal manera que la unidad que forman tenga más valor que la simple suma de sus partes.
  • Variedad. Para que una obra tenga interés hay que escoger una variación de elementos que aporten novedad. Se puede conseguir mediante el contraste, por ejemplo, entre líneas y masas, entre direcciones y estructuras, mediante la vivacidad de colores, etc. Cuanto más variada sea una composición, mayor interés suscitará y, por lo tanto, más atractiva será para el observador.
  • Ritmo. En la composición, el ritmo es la modulación armónica de los valores visuales. A pesar de que el dibujo o la pintura que se esté contemplando sea fijo e inmóvil, el ojo está escudriñando constantemente el entorno y el artista puede, en su obra, proyectar el movimiento. El ritmo, una dinámica compositiva, se expresa mediante la proporción, la simetría, las variaciones en la intensidad del tono, de valor y en la densidad. Así se puede crear distintos tipos de ritmo: rotaciones, repeticiones, gradaciones, alternancias y sus múltiples combinaciones.

La imagen como elemento de comunicación.


La imagen es la apariencia visible de la forma. Esta percepción de dos objetos, personas, etcétera se representa por medio de distintos soportes visuales, como dibujo, escultura, pintura, fotografía o cine.
Todos los sistemas de lenguaje visual utilizan la palabra imagen como elemento básico del lenguaje.
A la imagen se atribuyen cuatro funciones básicas:
  • Informativa: es la que transmite mensajes visuales. Cada medio visual informativo utiliza sus propios códigos para transmitir información, como por ejemplo, las señales de tráfico.
  • Expresiva: el hombre emplea la imagen para expresar sus sentimientos e ideas. Un artista se sirve de una pintura como vehículo para expresar sus emociones acentuando aspectos compositivos y plásticos en función de su sensibilidad y capacidad expresiva.
  • Comunicativa: toda imagen comunica algo. A veces esta comunicación es subyacente o puede tener distintas interpretaciones en función del tipo de espectador que la recibe.
  • Estética: el hombre necesita percibir la belleza en todo lo que le rodea. La estética aporta calidad a nuestro entorno.
Al analizar estas cuatro funciones vemos que una imagen suele cumplir varias de ellas al mismo tiempo, a pesar de que haya sido creada para un único fin.

Imagen y forma.

La forma es el conjunto de líneas y superficies que determinan el conjunto de un cuerpo, ya sea plano o tridimensional; es lo que establece la diferencia y el modo de ser de los cuerpos. La forma también explica la organización interna de un objeto, su estructura, midiendo y calificando su espacio interior y exterior. Por lo tanto, es una propiedad cualitativa de los cuerpos y no varía en sí misma. Sin embargo, la forma cambiará su aspecto si se modifica su orientación, iluminación o entorno, en una palabra, su apariencia.
La imagen es la apariencia de la forma. Una forma puede ofrecer muchas apariencias distintas, es decir, muchas imágenes.
En función de sus propiedades materiales, el contorno y la superficie, se puede hacer una clasificación básica de las formas en:

  • Simples: las que expresan los caracteres fundamentales de las figuras geométricas.
  • Compuestas: las formadas por la combinación de varias formas simples.
  • Regulares: las formas que cumplen los principios de simetría.
  • Irregulares: las que carecen de toda simetría.
  • Naturales u orgánicas: las que están inspiradas en la naturaleza.
  • Abstractas: las nacidas de la imaginación, es decir, las que no tienen referencias figurativas.

Lenguaje visual.

La cultura actual está poblada de imágenes de toda clase. Y si bien el poder y la difusión de las imágenes no es específico del siglo XX, en nuestra sociedad se han convertido en un elemento de consumo masivo y, por lo tanto, de gran importancia como instrumento de comunicación.